
Marianela Mancilla Andrade, Licenciada en Educación y profesora de Educación Básica de la UMCE, especialista en Historia, nacida en la ciudad de Puerto Montt. Experimenta los primeros acercamientos a la literatura gracias a los relatos orales que escuchara por parte de sus padres adoptivos, y las incursiones en los talleres literarios que tomara en la escuela pública y rural de su pueblo, por el año 1984. Ambas experiencias y la proximidad de la naturaleza, se confabulan para germinar en la autora, la necesidad de escribir y enseñar. Pública el año 2014, el poemario La epopeya de las sombras, una radiografía de las relaciones humanas a través del mundo cibernético y lo irreal de sus alcances. El año 2016, publica Grito mudo, soliloquio o corriente de la conciencia, prosa poética que se sumerge en las reflexiones más profundas de la mente humana, aquellas que rayan en la divagación y trastocan los bordes de la demencia. Ambas publicaciones son rescatadas por la editorial independiente, La Polla Literaria. En el año 2015, comienza a incursionar en la narrativa, proyectando recuerdos y fantasías de una adulta que evoca su pasado inundado de miedos, fantasmas y recuerdos. Cada noche, al dormirse, es acechada por ensoñaciones que la transportan a capítulos de su niñez, en que interactúa nuevamente con ese entorno irreal dirigido por el subconsciente. Esta ensoñación se detiene abruptamente en cualquier momento de la noche, en un sobresalto que la devuelve a la realidad adulta.
En estos recuerdos de infancia de Marianela es posible reconocer una parte importante de la Historia de Chile, un “fondo psicológico”, una memoria colectiva, un arquetipo identificatorio, una confluencia de emociones individuales y colectivas, porque nada de nuestras vidas lo hacemos en solitario, ni siquiera viviendo en Corte-Alto. Marianela es como el Tolstoi de La muerte de Iván Ilich que describe con elegancia, detalle, precisión y ferocidad la dignidad de la vida. Pero esa vida tiene un territorio y un espacio, un ahí. En las tripas del sujeto y en el exterior social es donde se manifiesta el juego de la existencia.
Mario Fabregat Peredo
El libro, Días sin nombre, da cuenta de un íntimo sentimiento de pertenencia a un territorio y a una vida campesina marginal, despojada del cariño, no porque sus personajes no conozcan el amor, sino porque la precariedad económica los despoja de todo, de la vida, de los seres queridos, del perro Tarzán, de la amiga Mónica, de la familia, de los padres adoptivos. Pese al despojo, la vida, y el personaje principal queda como un testigo para narrarnos la obra en el presente, porque al parecer, el despojo no ha terminado, pero el presente, sigue.
Elisa Loncon Antileo