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Marcelo Beltrand Opazo (Santiago de Chile, 1970) estudió Sociología en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. En dos oportunidades (el año 2007 y el año 2012) ha obtenido la Beca de Creación Literaria del CNCA. Ha sido antologado en los libros Puro Cuento (2003) de Marco Antonio de la Parra, ediciones El Mercurio-Aguilar; Antología de la Nueva Literatura Hispanoamericana (2004), Argentina; Asedios a una nueva categoría textual: El microrelato (2005), de Andrés Cáceres Milnes y Eddie Morales Piña, ediciones de la Universidad de Playa Ancha: y en el libro Letras en el Liceo (2009), antología desarrollada por la Corporación Letras de Chile. El 2010 publica su primer libro de cuentos titulado Confesiones de un suicidio y Caperucita se fue de la casa el año 2011, Tres hombres y Tres Paraguas, 2012. Actualmente es editor de la Editorial Planeta de Papel y ha colaborado como crítico literario en el diario La Estrella de Valparaíso, El Observador y en el diario electrónico La Voz de Valparaíso.
Actualmente escribe en El Mercurio de Valparaíso sobre vinos.
Escribir requiere de paciencia y tesón. Escribir, requiere de tiempo y dedicación. Este libro nos muestra el proceso de escritura, el largo camino para escribir una novela, una novela que nos muestra la historia de Pascual Genaro Castellano, que no es una vida de grandes hechos, más bien, es la vida de una persona común y corriente, porque es ese tipo de personas, la mayoría de nosotros, la que le da consistencia a la vida, al cotidiano.
Roberto Calasso dice que “escribir es aquello que, como el eros, hace oscilar y vuelve porosos los límites del yo”. Cuanto más nos acercamos a nosotros mismos, más dolorosa es la escritura, más porosos son los límites. Escribir es comprometerse con la vida, escribir es vivir la vida.
Faulkner decía que una novela “es la vida secreta de un escritor, el oscuro hermano gemelo de un hombre”. Esta novela da cuenta de ese proceso, del transe, de ese camino que se recorre junto a los personajes, junto a la historia que se escribe.